Que el futbol mueve pasiones es una realidad, pero que anestesia nuestras conciencias también.
El futbol tiene esas cosas que atontolina la mente y nos hace olvidar nuestras miserias personales, somos capaces de sufrir más por una derrota de nuestro equipo que por la elevadísima tasa de paro, el precio del gasoil o los inmigrantes que llegan en patera a nuestras costas; ya sé que son cosas distintas pero a la hora de con-movernos lo que de verdad nos motiva son unos colores. Aprovechar este aluvión de sentimientos en el encuentro podría ser un valor añadido al deporte; pero aprovecharse de ellos para fomentar la rivalidad entre dos ciudades que además de un espacio geográfico común, la misma provincia, comparten intereses económicos y culturales, además de muchas historias de amor de ida y vuelta, me parece cuanto menos ruin.
El futbol no puede ser la excusa para enfrentar a dos ciudades como Cádiz y Jerez, siento vergüenza ajena cuando oigo o leo comentarios hirientes contra toda una ciudad con el futbol como excusa; menos aún entiendo la estúpida reacción de “mi” alcaldesa al enterarse del descenso del Cádiz, no sólo no es políticamente correcto, no es éticamente correcto.
Por cierto un estudio reciente dice que la victoria de tu equipo aumenta la libido, mientras que la derrota la mengua, así que os invito a todos y todas a pasar un poquito del futbol y sus miserias, si no queremos que lo que descienda de verdad sean nuestras ganas de amar, que eso si que merece la pena y además de placentero es gratuito y saludable.
El futbol tiene esas cosas que atontolina la mente y nos hace olvidar nuestras miserias personales, somos capaces de sufrir más por una derrota de nuestro equipo que por la elevadísima tasa de paro, el precio del gasoil o los inmigrantes que llegan en patera a nuestras costas; ya sé que son cosas distintas pero a la hora de con-movernos lo que de verdad nos motiva son unos colores. Aprovechar este aluvión de sentimientos en el encuentro podría ser un valor añadido al deporte; pero aprovecharse de ellos para fomentar la rivalidad entre dos ciudades que además de un espacio geográfico común, la misma provincia, comparten intereses económicos y culturales, además de muchas historias de amor de ida y vuelta, me parece cuanto menos ruin.
El futbol no puede ser la excusa para enfrentar a dos ciudades como Cádiz y Jerez, siento vergüenza ajena cuando oigo o leo comentarios hirientes contra toda una ciudad con el futbol como excusa; menos aún entiendo la estúpida reacción de “mi” alcaldesa al enterarse del descenso del Cádiz, no sólo no es políticamente correcto, no es éticamente correcto.
Por cierto un estudio reciente dice que la victoria de tu equipo aumenta la libido, mientras que la derrota la mengua, así que os invito a todos y todas a pasar un poquito del futbol y sus miserias, si no queremos que lo que descienda de verdad sean nuestras ganas de amar, que eso si que merece la pena y además de placentero es gratuito y saludable.
Toñi Asencio
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