Gadita reconcentrao

EL inefable poeta gaditano Juan José Téllez acaba de publicar en la editorial Almuzara "Teoría y praxis del gadita". No está muy claro si Téllez está a favor en contra del gadita. Hace años nuestro héroe pronunció una conferencia en el Pay-Pay con el discutible título "Hay vida inteligente más allá de Puerta Tierra" que no ha tenido la respuesta intelectual que se merecía tamaña provocación. El libro es la taxonomía del gaditano más gaditano que nadie, el que piensa que todo lo de fuera está mal, el que no viaja porque es de Cádiz y si viaja lo hace con la bufanda del Cádiz Club de Fútbol para hacerse una foto en los lugares más insospechados y que luego lo saque APS en su sección. El gaditano que muere por Cádiz, que está por el Carnaval y que odia la feria aunque vaya a todas las de la provincia. El gaditano que piensa que como en Cádiz no se cargan los pasos en ninguna Semana Santa del mundo, capaz de abuchear al Ecce Homo en el Palillero, como si una procesión fuera un espectáculo, por el simple motivo de que no se cargaba al tradicional estilo de la ciudad, aunque luego se vaya a Sevilla el Jueves Santo. El gaditano que es del Cádiz C.F., igual de Muñoz que de Baldasano, que lo llevaba su padre de chico al Carranza y que fue socio en Segunda B, donde vio jugar al mítico Mármoles Macael, aunque ese día en el campo había 500 personas todo lo más. Ese gaditano que piensa que no hay sitio mejor donde vivir, que la mejor playa del mundo es la Victoria, que la mejor temperatura es la de Cádiz, que no hay gracia como en esta ciudad, que todos los cánticos futbolísticos han sido inventados en Carranza aunque se lleven años escuchando en Inglaterra. Ese gaditano que no se toma la molestia de conocer lo que hay fuera porque nada superará a lo nuestro. Este es el gadita aunque no siempre coincide con la interpretación particular incluida en el libro.

Yo toda mi vida he detestado el término gadita. El que nace en la ciudad es gaditano. Sin más. El que nació fuera pero lleva años entre nosotros y siente a la ciudad, es un monstruo, porque odio el refrán que Antonio Burgos copió a Bilbao de que los gaditanos nacen donde les de la gana. A uno le nacen en un sitio sin consulta previa, por lo que tienen el gentilicio del lugar. Pero el gadita es un cateto reconcentrao, como cantó la chirigota del Gómez.

Fernando Santiago