jueves, 5 de junio de 2008

La Katana de mi novio


La Policía nacional ha incautado en el mes de mayo numerosas armas blancas, cuchillos, navajas, falsas pistolas y algunas Catanas en el entorno de la Punta de San Felipe de Cádiz.
No se ha encontrado cocaína, ni hachís, ni anillos vibradores. La Juventud gaditana disfruta la noche con violencia y las agresiones están creciendo sorprendentemente.
La Punta parece una ciudad sin ley, con un botellódromo sin control, con una pasividad evidente por parte de los cuerpos de seguridad y con la indefensión de los empresarios hosteleros de aquella zona de ocio.
La noche gaditana ha perdido mucho glamour y no tiene término medio. Pero aún quedan locales que merecen la pena ya que el Barrio del Pópulo tiene un punto romántico e histórico y el barabass es el After de Cádiz. Los puretas siguen mordiendo en el Piano Club y los más crápulas terminan con los churros del Bar Stop.
Los vecinos tienen todo el derecho a descansar y los que hacen guardia a trabajar en paz, pero la fauna nocturna está llena de oportunidades, de reencuentros mágicos, de transgresión, de barras de bares, de música y de muchas verdades que no se ven de día. Hay que reinventar la noche en Cádiz empezando por los jueves.
La noche ya no huele a grifa como antaño y ahora la juventud más violenta prefiere la Catana de su novio antes que un buen refregón de casapuerta.
José Berasaluce Linares

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