Las gentes del sur tenemos un espíritu abierto y burlón, nos gusta compartir y enseñar(nos); nos gusta una fiesta, una celebración, juntarnos en torno a una buena mesa…normal! Excusas nunca faltan, si no las hay nos la inventamos.
Antes cuando todos éramos católicos apostólicos y romanos, aunque fuese por obligación, sólo nos juntábamos para bodas, bautizos y comuniones. Ahora que somos laicos no tenemos porqué renunciar a ese espíritu festero y al simbolismo social de estos eventos familiares.
Los bautizos civiles o “Ceremonias civiles de imposición de nombre” como se denominan realmente se iniciaron en nuestro país hace ya más de cinco años, y viene de una antigua tradición democrática que tiene sus orígenes en la revolución francesa. Muchas ciudades y pueblos de Catalunya o Madrid ya lo hacen. La idea es la de acoger a un nuevo miembro, o miembra, en el municipio, se trata de una versión laica de la bienvenida a una comunidad, en este caso a una ciudad, un pueblo, un lugar, un entorno. Es una forma expresa de adquirir la “carta de ciudadanía” que nos otorga a cada cual nuestra pertenencia.
Debe ser también un compromiso público de la comunidad con el nuevo ciudadano, o ciudadana, que nace o llega; este compromiso de procurar bienestar, democracia y reconocimiento de derechos, en este caso de los derechos de la infancia, ha de hacerse por parte de quienes democráticamente representan a sus conciudadanos, es decir concejales y alcalde o alcaldesa. Es una re-afirmación pública de aquellas ciudades que se comprometen con la defensa de la infancia.
En este sentido el concejal de IU en Cádiz, Sebastián Terrada ha propuesto la celebración de bautizos civiles en el Ayuntamiento.
Así quien quiera puede acogerse a esta figura, igual que quien quiere casarse lo puede hacer de diferentes formas; y a la vez todas y cada una de ellas son optativas.
Claro que a Teófila en verdad lo que le gustaría es hacer en el Ayuntamiento “puestas de largo” civiles, así ella podría hacer de maestra de ceremonias y de celestina a la vez.
Antes cuando todos éramos católicos apostólicos y romanos, aunque fuese por obligación, sólo nos juntábamos para bodas, bautizos y comuniones. Ahora que somos laicos no tenemos porqué renunciar a ese espíritu festero y al simbolismo social de estos eventos familiares.
Los bautizos civiles o “Ceremonias civiles de imposición de nombre” como se denominan realmente se iniciaron en nuestro país hace ya más de cinco años, y viene de una antigua tradición democrática que tiene sus orígenes en la revolución francesa. Muchas ciudades y pueblos de Catalunya o Madrid ya lo hacen. La idea es la de acoger a un nuevo miembro, o miembra, en el municipio, se trata de una versión laica de la bienvenida a una comunidad, en este caso a una ciudad, un pueblo, un lugar, un entorno. Es una forma expresa de adquirir la “carta de ciudadanía” que nos otorga a cada cual nuestra pertenencia.
Debe ser también un compromiso público de la comunidad con el nuevo ciudadano, o ciudadana, que nace o llega; este compromiso de procurar bienestar, democracia y reconocimiento de derechos, en este caso de los derechos de la infancia, ha de hacerse por parte de quienes democráticamente representan a sus conciudadanos, es decir concejales y alcalde o alcaldesa. Es una re-afirmación pública de aquellas ciudades que se comprometen con la defensa de la infancia.
En este sentido el concejal de IU en Cádiz, Sebastián Terrada ha propuesto la celebración de bautizos civiles en el Ayuntamiento.
Así quien quiera puede acogerse a esta figura, igual que quien quiere casarse lo puede hacer de diferentes formas; y a la vez todas y cada una de ellas son optativas.
Claro que a Teófila en verdad lo que le gustaría es hacer en el Ayuntamiento “puestas de largo” civiles, así ella podría hacer de maestra de ceremonias y de celestina a la vez.
Toñi Asencio
.
.
Bautizos:
Siento contradecir a Toñi pero eso de los bautizos civiles es un mamarracho integral. Luego podemos hacer confesiones civiles, primeras comunión por lo civil, confirmación por lo civil, extrema unción por lo civil y el conjunto de los sacramentos. El bautismo para los religiosos, cada uno en su fe. Lo demás, un quiero y no puedo, I am sorry.
Fernando Santiago
.
.
Respuesta a Fernando Santiago
Es cierto que el nombre de bautizo civil es un poco disonante, pero no es ese su verdadero nombre, y no es semejante a un sacramento, que es una afirmación en una fe religiosa. Es una ceremonia de bienvenida y de compromiso con un nuevo ciudadano, o ciudadana; en cualquier caso es opcional, como todos lo derechos.
Toñi Asencio
.
.
Más bautizos.
Y digo yo ¿para qué hace falta la parafernalia? Nace un niño y ya está. Si los papás quieren, pues que inviten a los amigos. Lo demás es jaleo. Más importante es que los niños tengan guarderías, que no hay.
Fernando Santiago
No hay comentarios:
Publicar un comentario