Hay muchas formas de llegar a Cádiz, y varias formas de llegar por mar, desde hacerlo de manera sencilla, en el Vaporcito, o hacerlo a lo grande en el Sea Princess o en el Independence, llegar a Cádiz por mar es otra historia, ya que el agua te deja en las mismas entrañas de la ciudad. Hace dos días llegué a Cádiz por mar, pero lo hice en un pequeño velero, en un paseo por la dársena del puerto contemplé a mis grandes vecinos de pantalán pues me encontré con dos majestuosos cruceros y el buque escuela J.S. Elcano, claro que como pequeña embarcación de recreo mi lugar de amarre fue Puerto América y de repente creí que me trasladaba de ciudad, creí que llegaba a una ciudad fantasma. Tan lamentable me pareció la visión de Cádiz vista desde su puerto deportivo y es que el estado del mismo es de cuasi abandono; y no sólo lo digo por el abandonado edificio que en su día pretendió ser sede de alto rendimiento para el mundo de la vela y que ahora ha quedado como paraíso de grafiteros y roedores. ¿Qué quedó de Mundo vela??? Allí no hay nada y, a pesar del esfuerzo del personal por cubrir a base de amabilidad tantas carencias, es vergonzoso que cualquier pueblecito costero tenga mejores instalaciones en su puerto deportivo que la capital.
Si Cádiz quiere hacer del mar su principal fortaleza económica, tendrá que luchar por tener un puerto deportivo digno. El turismo náutico es también fuente de riqueza, de intercambio y de negocio.
Toñi Asencio
viernes, 25 de julio de 2008
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