viernes, 10 de octubre de 2008

Renovación

EN España, el que se dedique a la cosa pública o
aspire a ello y sea varón, heterosexual, maduro y español no tiene porvenir. Mejor que busque otra cosa. Entre la Ley de Igualdad, la integración de las minorías, el fomento de la pluralidad y la renovación no hay manera de que los hombres maduros prosperen. Está bien la renovación, la igualdad entre hombres y mujeres, la promoción a inmigrantes y a todas las orientaciones sexuales. Es fantástico que los jóvenes adquieran responsabilidades lo que significa que al final los puretas lo llevamos crudo. Algunas veces hay valores que llevados al extremo no conducen a nada. Ahora en el PSOE local se debate sobre renovación, lo que está muy bien. Es sano que se debata en los partidos y los socialistas demuestran más vitalidad y democracia que el PP, donde nadie sabe quién es el secretario local ni siquiera si el cargo se vota en asamblea. Aunque la renovación es buena cosa, en el PSOE renovaron a Carlos Díaz y pasaron de 14 a 7 concejales, por lo que en la ciudad no parece que renovar sea algo que haya funcionado bien en el mundo socialista.Queda extraño que haya tres listas. Lo normal es que hubiera dos, una integrada por la base del equipo del secretario local, Federico Pérez Peralta, y otra por los que aspiran a cambiar la dirección del partido. Pero ahí llega la vanidad. Blanca Flores y Paco Piniella compiten por renovar a Chiqui. Los dos quieren renovar, faltaría más. Ambos dicen representar lo nuevo, quieren abrir las puertas del partido, mejorar el contacto con los ciudadanos y son pata negra contra Teófila. Pero al final todo el mundo tiene su alma en su armario (o almario) y cada uno piensa que son los mejores para renovar, por no hablar de que lo que se pretende al final es llegar a la secretaría del partido para de ahí saltar a la política profesional vía cargos públicos, municipales o de otra índole. Así que al final en la asamblea local del PSOE que se reunió ayer por la tarde se decidía quién era la oposición a Chiqui. No ya si continuidad o renovación, sino quién se iba a quedar con la marca opositora para los próximos años. Dicho esto con el riesgo de escribirlo cuando no se sabe el resultado, y puede que en páginas colindantes los hechos desmientan a las opiniones. Es decir, que yo esté equivocado, como suele ser normal.
Fernando Santiago

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